miércoles, 15 de febrero de 2012

EL APEGO - MIEDOS

Muy pocos sabemos qué significa amar. Así, a causa de esa soledad, de esa insuficiencia, de esa privación vital, estamos apegados a algo, apegados a la familia; dependemos de ella.
¿Por qué dependemos? Psicológicamente, internamente, dependemos de una creencia, de un sistema, de una filosofa; pedimos a otro que nos indique una forma de conducta; buscamos instructores para que nos muestren un estilo de vida que pueda brindarnos cierta esperanza, cierta felicidad. Buscamos permanencia, seguridad.
POR QUE NOS APEGAMOS?
POR QUÉ DEPENDEMOS DE OTROS?
La relación basada en necesidades mutuas sólo trae conflicto, nos usamos el uno al otro para un propósito, para una finalidad.
Cuando nos usamos el uno al otro, sólo tenemos la imagen del fin que deseamos obtener. El fin, el provecho impide la relación, la comunión. En el uso que hacemos de otro, por satisfactorio y confortador que pueda ser, siempre hay miedo, y surgen la envidia, la suspicacia y el conflicto constante. Una relación así jamás puede ser fuente de felicidad.
¿Cómo puedo tener una comunión con el otro, cuando el otro es utilizado como un mueble para mi propia conveniencia y comodidad?
Poseemos porque sentimos que sin la posesión nada somos.
Las posesiones son muchas y muy variadas. Nos apegamos a nuestra esposa o a nuestro marido, a nuestros hijos, a las ideas, a la tradición, a la autoridad,  al trabajo, a la propiedad, a las personas, a las ideas, el entretenimiento, la labor en la iglesia, las religiones, la bebida, las mujeres. Debemos tener la radio o los libros o la charla, el parloteo incesante acerca de esto y aquello. Puede ser apego a cosas mundanas, o al conocimiento, a las ideas, a la virtud, a la experiencia, al nombre y a la fama, etc.
Sin posesiones, el «yo» no existe; el «yo» es la posesión, los muebles, la virtud, el nombre. Estoy apegado a mi país, porque mediante mi identificación con él llego a ser «alguien». Me identifico con mi trabajo, y el trabajo se vuelve importante. Soy mi familia, mi propiedad; estoy apegado a ellas. El objeto de mi apego me ofrece los medios para escapar de mi propio vacío. El apego es un escape.
El miedo a la incertidumbre, a no ser, contribuye al apego, a la posesión.
Sólo el amor comparte, sólo en el amor hay comunión.
Sin la dependencia,  sin poseer cosas, personas e ideas, uno se siente vacío, siente que carece de importancia. Uno quiere ser algo, alguien, entonces pertenece a ésta o a aquella organización, a esta iglesia o a ese templo.
Todos hemos tenido la experiencia de la tremenda soledad. Muy pocos podemos enfrentarnos con ese vacío, esa soledad, y escapamos de ella. Y QUÉ HACEMOS?  Acudimos a la dependencia ; queremos depender de algo, porque no podemos permanecer a solas con nosotros mismos.
Lo que realmente buscamos, es satisfacción; anhelamos estar satisfechos por cualquier medio que sea.
Dependemos o nos apegamos porque ello nos brinda placer, seguridad, poder, aunque involucre dolor y miedo. Nuestra búsqueda es de placer, gratificación.
Si buscamos seguridad en la relación, ésta se vuelve una inversión utilitaria en la comodidad, en la ilusión.
La grandeza de la relación es su misma inseguridad. Al buscar seguridad en la relación, uno está obstaculizando su verdadero sentido, lo cual trae consigo sus propias acciones y desgracias peculiares.
Somos aquello que poseemos.  El hombre que posee dinero es el dinero. El que se identifica con la propiedad es la propiedad, o la casa, o los muebles. Lo mismo con las ideas, o con las personas; y cuando hay afán posesivo, no existe relación alguna.
La mayoría de nosotros quiere poseer, porque sentimos que si no llenamos nuestra vida con personas, muebles, música, conocimientos, etc. somos cáscaras vacías. Esa cáscara hace mucho ruido, y a ese ruido lo llamamos vivir; y nos satisfacemos con eso.
¿Cómo se enfrenta usted al miedo? ¿Enciende la radio, lee un libro, va a un templo, se aferra a alguna forma de dogma, de creencia?
El miedo es la energía destructiva en el hombre. Marchita la mente, distorsiona el pensamiento, conduce a supersticiones absurdas, dogmas y creencias.
Tratar de descubrir la causa y conocer la causa del miedo no elimina el miedo.
Le tenemos miedo a la incertidumbre interna. Deseamos estar seguros, seguros financieramente, seguros moralmente; deseamos que nos aprueben, poder gozar de una posición segura, no tener que enfrentarnos jamás con la dificultad, con la pena, con el sufrimiento; queremos estar cercados por una valla de seguridad.
Existe el miedo físico, cuando ve una serpiente, un animal salvaje, instintivamente hay miedo; ése es un miedo normal, sano, natural. En realidad, no es miedo, es un deseo de protegerse a sí mismo, eso es normal. Pero la autoprotección psicológica, esto es, el deseo de estar siempre seguro, engendra miedo. Una mente que busca siempre la certidumbre es una mente muerta, porque en la vida no hay certidumbre, no hay permanencia.
En la comprensión de la causa del miedo está su terminación, no en el volverse valiente, porque en todo «volverse», en todo «llegar a ser», está la semilla del miedo.
Gracias a la percepción alerta de nosotros mismos, comenzamos a descubrir y a comprender la causa del miedo, no sólo del miedo superficial, sino de los miedos causales profundos y acumulativos. El miedo  se relaciona con el pasado, y para liberarse del miedo, el pasado debe ser comprendido a través del presente. El «yo» es la raíz de todo miedo.

lunes, 6 de febrero de 2012

Desapego la clave de la Felicidad

El Mundo con el que te relacionas está creado por la Mente.

Sólo tu, puedes hacerte feliz y todos los momentos presentes lo son porque tú estás en ellos. Y hoy, en el eterno presente, en el aquí y el ahora, tú serás feliz aunque hoy te acompañe esto o lo otro. Y podrás ir pasando de un momento a otro en la vida disfrutándolo plenamente, sin llevar cargas emocionales del pasado. Y como los lirios del campo y los pájaros del cielo estarás libre de preocupaciones viviendo siempre el Eterno presente.

Buda dijo:
El mundo está lleno de sufrimientos; la raíz del sufrimiento es el apego; la supresión del sufrimiento es la eliminación del apego.

El desapego podría definirse como "carencia de sed". Piensa en el ánimo de una persona desesperada por la sed y en el de alguien que no la tiene. Observa mentalmente la diferencia. ¿En cual ves paz, tranquilidad, seguridad y en cual lo contrario? Ahora observa el mundo, la infelicidad que hay en torno y dentro de ti. ¿Qué la causa? La situación económica, el desempleo, las guerras, la soledad ...

Si observas bien, verás que no es nada de esto, porque si esto se solucionara aparecerían otros temas que seguirían causando la infelicidad. ¿Entonces qué es?.

Es que esa infelicidad la llevas contigo donde vayas. Esa infelicidad está en ti y no puedes escapar de ti. Está en tu programación, en tu computadora cerebral, son tus creencias; esas que te parecen tan lógicas que ni siquiera sabes que te tiranizan y esclavizan.

Tu mente no deja de producir infelicidad. Ahora, si lo analizas, verás que hay una sola cosa que origina la infelicidad: el deseo-apego.

¿Y qué es el apego?
Es un estado emocional de vinculación compulsiva a una cosa o persona determinada, originado por la creencia de que sin esa cosa o persona, no es posible ser feliz.

Tu mente dice: No puedes ser feliz si no tienes tal o cual cosa, o si tal persona no está contigo. No puedes ser feliz si tal persona no te ama. No puedes ser feliz si no tienes un trabajo seguro. No puedes ser feliz si no das seguridad a tu futuro. No puedes ser feliz si estás solo. No puedes ser feliz si no tienes un cuerpo a la moda. No puedes ser feliz si los otros actúan así. Y cuantos mas 'No puedes ser feliz si....'

Tu mente está programada para demostrarte constantemente (si no es por una cosa, es por otra) que no puedes ser feliz. ¡Todo esto es falso!

Tu eres feliz aquí y ahora; pero no lo sabes, porque tus falsas creencias y tu manera deformada de ver las cosas te han llenado de miedos, de preocupaciones, de ataduras, de conflictos, de culpabilidades ... Si lograras ver a través de esa maraña, comprobarías que eres feliz y no lo sabes.


No hay un solo momento en tu vida en el que no tengas cuanto necesitas para... Ser Feliz.

Todas las cosas a las que te apegas, y sin las que estás convencido que no puedes ser feliz, son simplemente tus motivos de angustias. Lo que te hace feliz no es la situación que te rodea, sino los pensamientos que hay en tu mente...

El apego es un estado emocional que tiene dos puntas, una positiva y otra negativa. La positiva es el estado de placer y la emoción que sientes cuando logras aquello a que estás apegado. La negativa es la sensación de amenaza y la tensión que lo acompañan, lo que te hace vulnerable al desorden emocional y amenaza constantemente con hacer añicos tu paz.

Observa bien: Si no se consigue el objeto del apego, origina infelicidad; y si se lo consigue solo produce un instante de placer seguido de la preocupación y el temor a perderlo. ¿Podemos ganar la batalla contra los apegos? Si, renunciando a ellos. Cambiando nuestra programación.

Haz una lista de todo lo que te tenga apegado y dile a cada una:
"En realidad no estoy apegado a ti en absoluto. Tan solo estoy engañándome a mi mismo creyendo que sin ti no puedo ser feliz"

Y si tu apego se refiere a una persona di:
"Te dejo que seas tú mismo; que tengas tus propios pensamientos, que satisfagas tus propios gustos, que sigas tus propias inclinaciones, que te comportes tal como decidas hacerlo.

Te libero con Amor y me libero con Amor"


Ahora estás en condiciones de amar a esa persona. ¿Por qué? Porque Amar, no es querer. Lo que quieres, quieres poseerlo. Cuando quieres a alguien para ti, solo le estás poniendo una cadena al cuello, y estás atándote del otro lado.

El Amor solo puede existir en libertad. Elige entre tu apego y la felicidad. Lo que necesitas no es renunciar, sino comprender, tomar conciencia. Si tus apegos te han ocasionado sufrimiento, esa es una gran ayuda para comprender, y si alguna vez experimentaste el sentimiento de libertad te será útil recordarlo. Borra en ti el ¡que feliz me haces! y el ¡esto me hace feliz.!

¿De donde llegó tu apego? Brotó de una mentira que llega desde tu cultura, tu sociedad, o desde tu mismo, o sea de tu programación. Simplemente observa: miles de personas viven sin eso que tu supones dueño de tu felicidad; y si revisas tu pasado encontrarás algo que en un momento dado supusiste insustituible, y que el tiempo te demostró que no era así. Hoy ya ni las recuerdas. ¡Mira que pequeñas eran!.

El cambio se produce únicamente cuando unes el conocimiento a la comprensión; observa que son las columnas del Altar de la Sabiduría.

La clave: Desprogramarse, soltar las ataduras.

¿Qué es tu programación?
Eso que llevas dentro de tu computadora cerebral, que se formó acumulando los datos recibidos. Tu cultura, tus ideas, tus creencias, tus miedos, tus apegos, tus hábitos.

He aquí los nombres de los muros de tu prisión, he aquí los nombres de la maraña que filtra toda la información que te llega. Analízalos uno por uno, ya que el camino no es renunciar, ni poner fuerza de voluntad.El camino es la visión, agrandar el bien contrario.

Tu cultura:
Sea la que fuere, hay otras culturas diferentes, hay otras personas que viven perfectamente sin ella, por lo tanto no es la única. No es la dueña de la verdad.

Tus ideas:
Cuando conoces a alguien, lo etiquetas. Para ti es simpático, o desagradable, o triste, o tonto. Pues, eso seguirás viendo en esa persona ya que esa es la idea que tienes de esa persona.

Tu ves a las personas, no como son, sino de acuerdo a la idea que tienes de ella. Sin embargo, otras personas pueden tener una idea diferente a la que tu te hayas hecho, por lo tanto tampoco es la única infalible o valedera. Esto vale no solo con respecto a las personas, sino que involucra a todas tus ideas.

Tus creencias:
Actúas como un fanático cerrado a todo lo que pueda poner en tela de juicio tus creencias. ¿Te asusta el fanatismo en otro?, pues eso es lo que nos hacen ser nuestras falsas creencias. Observa las consecuencias de los fanatismos extremos, ellos se basan en creencias tan arraigadas que no permiten la entrada de otras opiniones diferentes.

Tus miedos:
Si supieras que van a matarte, no podrías dejar de pensar en eso. Esto hacen tus miedos, fijan tu mente solamente en ellos. Y si tienes tu mente fija en ellos, no vives tu vida, no puedes ser feliz, nada habrá que pueda alegrarte, verás todo desde el lado mas oscuro. Esta no solo es la peor de las ataduras, sino que es la puerta por donde entra todo lo negativo. La energía sigue al pensamiento, si tu pensamiento es un constante negativo, como podrían manifestarse en tu vida cosas bellas. Si tu mente se revuelca en un laberinto de terror, es eso lo que lamentablemente atraes para ti; luego ella se encarga de hacerte ver que aquello malo que temías, ha sucedido. Lo que no te dice es que ella lo ha creado con sus pensamientos. El miedo hace la combinación perfecta para llevar a la manifestación lo que temes; ya que combina pensamiento, sentimiento y palabra. Cierra esta puerta oscura y abre la del Amor con todo tu corazón, ya que el Amor es lo contrario al temor, llénate de Amor y poco a poco tus temores irán perdiendo fuerza.

Tus apegos:
Como un avaro cuidando su dinero, fingirás no ver mas que lo que pone en peligro tus apegos. Recuerda que son el motivo del sufrimiento. Si le preguntamos a alguien si le gusta sufrir, con seguridad contestará que no. Y si ya sabemos cual es el motivo del sufrimiento tratemos de no darle poder a nada externo a nosotros.

Tus hábitos:
Tienes costumbres, formas que de tanto hacerlas son habituales y lógicas para ti. Es tu parte-robot, que sirve para realizar actos mecánicos, pero no, para enjuiciar a la vida.

Como ves:
El mundo con el que te relacionas y al que amas, es un mundo creado por tu propia mente y tiene muy poco que ver con el mundo real, ¿ porqué no crear con tu propia mente tu mundo de LUZ ? La clave es comprender y tomar conciencia. Entonces todo lo que te esclaviza se va a ir desmoronando, va a ir perdiendo poder en ti y tu propia creatividad va a ir reemplazando al robot mecánico, rígido y falto de vida que eras. Ya no vas a admirar a una flor porque la sabes bonita, sino vas a poder penetrar la esencia de todas las flo res. Y no vas a ver el mar, como un pescador de forma mecánica, sino como la belleza y grandeza que le ofrece a tu vista.

Solo en la medida en que seas capaz de ver a alguien tal como realmente es, aquí y ahora, no tal como es en tu memoria, en tu deseo y en tu imaginación. Sólo así podrás realmente amarla

Tu mente, tu cultura, tus creencias...

Anthony de Mello las ilustra perfectamente: Una turista occidental contemplaba, llena de admiración, el collar de una nativa. "¿De qué está hecho? ", le preguntó. "De dientes de caimán, Señora", respondió la nativa. "¡Ah, ya!. Supongo que los dientes de caimán tendrán para ustedes el mismo valor que para nosotros tienen las perlas... "¡En absoluto!. Una ostra puede abrirla cualquiera."

Como puedes observar, las distintas culturas y ubicaciones hacen diferentes los valores, por lo que ningún valor que dependa de lo externo es real y absoluto. Los que han alcanzado la iluminación comprenden que un diamante no es mas que una piedra a la que la mente humana ha dado valor. Y que los reyes son lo grandes o lo pequeños que tu mente decida que sean. Y que todo tiene el valor que tu le das...

La felicidad y la desdicha dependen de cómo afrontemos los acontecimientos, no de la naturaleza de los acontecimientos en sí (Anthony de Mello)

Redescubrirte a ti mismo, es simplemente redescubrir la Vida en plenitud que puedes alcanzar, si te propones eliminar las rejas que tu mismo te pusiste.

"La Nueva Era requiere nuevos hombres. Y el Nuevo Hombre surge del reencuentro consigo mismo. Surge al rellenar el abismo que los separa de la Realidad. Surge por la fuerza apelativa del Amor. Surge por el esfuerzo reintegrativo en un Todo Mayor".

"La energía sigue al pensamiento. Por eso los que creen en cosas equivocadas, igual que los que creen solamente en lo que es limitado a sus vidas, reivindican para si mismos la prisión espiritual..."