viernes, 27 de julio de 2012

El Silencio

Una práctica profunda

Por Carolyne Mathlin
Ministra de Unity

    Tenemos la tendencia de pensar que hemos de emprender una búsqueda espiritual monumental para poder descubrir a Dios y a nuestra naturaleza espiritual. Mas no es necesario buscar nada ni ir a ningún lado para encontrar a Dios. En el medio de toda experiencia, ya sea espiritual o mundana, yace el silencio.
    El silencio es el Fundamento de Todo Ser. El místico cristiana moderno, Padre Thomas Keating dice: “El lenguaje de Dios es el silencio, todo lo demás es una pobre traducción”.
    El cofundador de Unity, Charles Fillmore, comenzó su práctica del Silencio en búsqueda de la Verdad. Él deseaba ir más allá de las paradojas y contradicciones que observaba. De modo que dijo: “Si soy Espíritu y este Dios del que tanto oigo hablar es Espíritu, de alguna manera tenemos que poder comunicarnos, de no ser así, todo esto es un fraude”. Entonces, él comenzó a sentarse en Silencio cada noche por una hora buscando contacto con Dios.
    Tal como ocurre con cualquier práctica espiritual, la meditación silente tiene que ser experimentada. Debemos comprometernos a practicarla una y otra vez. Es como aprender a nadar. No podemos aprender a nadar a menos que nos metamos al agua. Al estar en aguas profundas por primera vez, puede que sintamos temor o incomodidad. Pero, mientras más tiempo pasemos allí y practiquemos, más nos sentiremos a gusto.
    Desarrollaremos una destreza que últimamente se convertirá  tan natural como la respiración. Así como el aprender a nadar no evita las aguas turbulentas, el meditar tampoco evita los disturbios en nuestras vidas. Mas, nos ayuda a navegar sobre cualquier marea que se nos presente.
    La intención del Silencio es tener contacto con Dios. Apartar las distracciones del mundo y vincularnos profundamente con la esencia de nuestro ser. Practicar el Silencio, no nos “gana” nada. Mas bien conecta nuestra mente consciente con Dios, Todo-Lo-Que-Es.
    Al alinearnos en conciencia, al nadar en el océano del Silencio, desarrollamos un sentido interno. Experimentamos el Silencio como una base fuerte, constante y moradora que se mantiene a pesar de los altibajos del mundo. Vemos el plano de la conciencia como es y nos armonizamos con lo Eterno.
    Vemos con los ojos nuevos, escuchamos con oídos nuevos. Vivimos “la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento” (Filipenses 4:7).
    ¿Cómo podemos comenzar? Es bien sencillo. Sentándonos calladamente. Si necesitas de algo que te ayude, céntrate en tu respiración. Si tu mente se turba, regresa tu atención nuevamente a tu respiración. Disuélvete en el Silencio y permite que el Silencio se revele.
    Dios está presente en todo aspecto de nuestras vidas. Practicar el Silencio nos lleva en conciencia a experimentar la presencia divina. Es así de sencillo. Es así de profundo.


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jueves, 19 de julio de 2012

De Sócrates a Arquelao (cartas)

Desde que comencé a dedicarme a filosofar por orden de la Divinidad no se habrá de encontrar que tomé nada de nadie. Al contrario, discurro en común permitiendo siempre que escuche el que tiene y el que no . Precisamente, no filosofo a puertas cerradas, como se cuenta de Pitágoras, ni acercándome a la multitud le cobro dinero a los que quieren escuchar, como otros hicieron antes y siguen haciendo algunos de nosotros. En realidad, veo que consigo bastante por mi mismo, mientras que respecto de los bienes superfluos, no encuentro a nadie más confiable para entregarlo tras haberlo recibido que los mismos que me lo dan. Si supongo que son malvados , me parece que no estaré en mi sano juicio si les entrego algo , mientras que si son honestos puedo recibir sin darle nada, pues no serán guardianes confiables de las deudas de gratitud, y si no consideran digno despojarnos de lo que nos han dado a nosotros, en caso de habernos dado dinero, si antes han tomado gratis de nosotros, tampoco nos dejarán a nuestra suerte cuando estemos en problemas. En sintesis; naturalmente,si son amigos nos otorgarán muchas cosas propias, mientras si no son amigos buscaran quitarnos algunas de las cosas nuestras. Yo no pierdo tiempo en cuidar dinero: me sorprendo del resto que dice prepararse por su propio medios, pero en claro que se entregan por riqueza y despreocupándose de la educación se dedican al lucro. Realmente son admirados pór sus posesiones, pero ridiculizados por su incultura y son considerados felices por todo menos por ellos mismo. ¿y cómo no va a ser terrible creer que es vergonzoso estar a la sombra de un amigo y no querer vivir como un apéndice de otros y parasitando los bienes ajenos , pero no tener pudor de sufrir por el dinero la misma situación?¿o no sabemos que son honrados por la riqueza y, cuando la suerte cambia caen en completa deshonra? Por eso no se alegran cuando son apreciados (pues no son apreciados por ellos mismos) y sufren muchísimos cuando son despreciados , pues lo que es despreciado, es decir aquello por lo cual son denigrados, son ellos mismo. Primero, entonces , no comprendiste bien si crees que Sócrates hace por dinero algo que no piense que está bien hacer también gratis . Y además no pensaste en lo siguiente: que aquí me retienen muchas cosas, y, lo más importante, los deberes para con mi patria. Y no te sorprendas si digo que cumplo un deber con la patria porque no revisto en el ejército ni en el tribunal…

miércoles, 11 de julio de 2012

Conociendo (más) a Sócrates

El diálogo como género : La importancia del diálogo como género filosófico de innovación, no sólo para Platón, sino para los miembros del grupo : “Más de diez autores ligados al grupo de sócrates compusieron en el lapso de unos veinticinco años unos trescientos diálogos que compartían el rasgo de colocar a Sócrates en el sitial del protagonista”. De Sócrates sabemos sabemos de la mayéutica como método , de esa necesidad de aprender a pensar contra sí mismo como condición del saber; sabemos de su vocación política por la verdad y de la necesidad de asepsia material para pensar; sabemos que su actividad como filosofo fue indicada por el oráculo de Delfos y que la filosofía está más cerca de la ignorancia que de la totalidad de un saber: el “conócete a ti mismo” es más voluntad de vacio que de plenitud. Lo que sabemos de Socrátes lo sabemos por Jenofonte , por Aristófanes, por Platón , por Aristóteles, por relatos de relatos. Nunca por él mismo . O sea, un silencio literario que otras literaturas filosóficas intentan completar .Por ello nos quedó de Socráte su muerte , una suerte de cascada existencial que reemplaza su escritura. Sócrates es el que murió por la verdad, el que sostuvo su pensamiento a pesar de todo. La cicuta pretende ser un tratado de ética para quien sepa escucharlo . Entonces, en la lectura de las apologías, en Critón o en Fedón de Platón , cada vez que Sócrates acepta su destino en nombre de toda la polis, la filosofía parece estremecerse de tanta verdad. Contra esta imagen sacrificial socrática arremete Nietzsche, con su martillo y su dinamita, hasta convertirlo en un personaje filosófico tan necesario para su obra como lo es su Zaratustra. Habla de su fealdad(“Se sabe cuán feo fue. Mas la fealdad, de suyo una objeción , entre los griegos es poco menos que una refutación “); que fue “un payaso que se hizo tomar en serio”;que en sus manos y en las de otro como él. Eurípides, lo valeroso de la tragedia griega derivó en un asunto de interioridad ciudadana y argumentación . O sea, dejó de ser arte para convertirse en metafísica.La Obra de Nietzsche inaugura una visión critica que buscara su permanencia en la filosofía posterior. Desde entonces Sócrates será visto con desconfianza, como el antecedente inau gural de todo sistema metafísico. Un extravio que, según Nietzsche, ha desplazado el valor de la vidaen dirección a un más allá . O sea, el sistema de una enfermedad: el de unir razón y moral y, con ello, hacer del pensamiento una actividad decadente.”Sócrates fue un mal entendido”. Dice Nietzsche, una farsa que se perpetúa en cualquier moral correctiva, sea la cristiana o la de la ciencia moderna. Sin embargo , Faucault vuelve a Sócrates a pesar del efecto Nietzsche en el siglo xx y de la fuerte influencia que éste tiene en su obra. Un retorno necesario que se sostiene en la palabra verdadera como modo de subjetivación; ya no la verdad universal de la metafísica sino la verdad sobre si, en Sócrates con un fundamento profético y un sentido pedagógico. Como Diógenes el cinico, Sócrates es un parresiasta. Es decir, alguien cuyo decir veraz, su “hablar franco” no se detiene ante la presencia del poder . Por ello afirma Foucault, el temor de Sócrates no es ante la muerte sino ante la posibilidad de interrumpir su tarea. Verse a si mismo de un modo inevitable y en tensión con las formas ofrecidas. Tal vez la figura de Sócrates puede pensarse como una necesidad vital del género filasófico. Cada época y cada filósofo compone su propio Sócrates. Algo asi como una declaración de principios a partir de los cuales se sienta posición . Por ello cada momento histórico ofrece los sonidos de su voz como parte de un canto polifónico más amplio. En cierta medida la historia de la filosofía puede ser vista como un enarme epistolario en el que, como en estas cartas ficcionales, intentamos volver al comienzo. Hacer un curso sobre Sócrates y su muerte, como dice Foucault. No como un testamento, sino como forma de seguir pensando.