miércoles, 27 de junio de 2012

El Juego del Poder

Gracias a la evolución sexual femenina, con la cual reivindicamos el derecho al placer, hemos llegado a tener una conducta mucho más desinhibida y libre y, en algunos casos , más exigente frente a la conducta masculina, lo que podría interpretarse como un aprendizaje en la habilidad para seducir. Sin embargo, quiero dar una señal de alerta e indicar que en ese ejercicio de poder agresivo y manifiesto solo hay seducción cuando está enmarcada en la conducta del juego. Fuera de ella, claramente no lo es y termina inhibiendo al hombre. Esto también es válido para la conducta de los hombres, que suelen interpretar el uso de la violencia y la presión como elementos de seducción, aunque a veces loa mujer no lo sienta asi. Entendiendo que en una relación de pareja es inevitable el establecimiento de reglas o juegos de poder entre ambos, quiero pedirles una reflexión sobre cuáles son las reglas de poder con las que se manejan en lo cotidiano. Esto no necesariamente incluye solo a la pareja, es una oportunidad para analizar cómo o en qué posiciones se mueven ustedes dentro de la sociedad. ¿Establecen poder mediante la autoridad que tienen o de la simpatía?¿Logran lo que quieren seduciendo a través del mandato, de habilidades asertivas o quizás de la prepotencia? Les hago analizar esto desde un contexto más amplio , poque es muy probable que los mismos códigos que empleen en su movimiento social aparezcan, tardee o temprano, en su mundo privado. O quizás, por el contrario, utilicen en el mundo privado exactamente el modo inverso del que usan en el mundo público. Puede haber dueñas de casa que al leer esto digan que no tienen mundo público. No es asi porque ese mundo pueden ser sus amigas, el colegio de sus hijos, el médico de los niños o su familia extensa: padres, hermanos, primos. Y frente a ellos también deben estar establecidas algunas formas particulares de poder. ¿Para qué se las usa? ¿Cuál es el objetivo de que exi8sta? La respuesta es que muchas veces ese ejercicio se activa simplemente para lograr lo que yo quiero, aun cuando ni siquiera tenga en claro qué es, por ,lo menos conscientemente. El ejercicio de poder da seguridad y confianza, pero vende una ilusión que si no se flexibiliza rápidamente, se rompe y puede destruir los cimientos básicos de cualquier relación. No solo me estoy refiriendo a las relaciones de pareja, sino a todas las que uno establece en la cotidianeidad. Estoy llamando a desmantelar los juegos de poder en la relación, pero debo pedirles a ambos –hombres y mujeres- no reprocharse por situaciones pasadas con el fin de decir que no a un momento de intimidad, por ejemplo. No es limpio, porque se estaría usando o manipulando con un argumento aparentemente trabajado tiempo atrás. Los invito a no victimizarse y a asumir que uno tal vez no perdonó alguna herida delo pasado. Decir que el otro erró y seguir recordándoselo es una distorsión en el camino de una sana seducción. Para evadir la intimidad o para justificar el no querer entrar en una seducción amplia y generosa, muchos recurren a la realidad de los hijos, del trabajo o del no trabajo. Si somos honestos, tenemos que concluir que uno ha decidido tener la vida que tiene y desde ahí, con todas sus dificultades y facilidades, existe la obligación de crear para uno y para los que ama, la mejor vida posible. Acá lo importante es resolver los conflictos donde se generan. Si son en la cocina, hab larlos en la cocina. Si son de dinero, sentados en el living o en una mesa. Porque trasladar siemp0re estos problemas al espacio intimo de seducción, el dormitorio, clarame3nte parece ser un problema. Fragmento extraido del libro: Lecciones de Sewducción; de Pilar Sordo

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